viernes, 15 de agosto de 2014

Crisis Curativa

Una crisis curativa es un proceso mediante el cual el cuerpo recupera el equilibrio, perdido por una enfermedad, atravesando una fase de aparente agravamiento de los síntomas.

Crisis curativa para eliminar las toxinas:

Las toxinas son el resultado de la acumulación de residuos en el cuerpo por: una mala alimentación, por la falta de ejercicio, por tensión acumulada, mal funcionamiento prolongado de un órgano.

La Depuración o desintoxicación es el proceso mediante el cual el organismo elimina las toxinas exógenas ó endógenas, que alteran el equilibrio funcional del individuo alterando el estado de salud. Muchas de estas toxinas son acumuladas durante años en nuestro organismo y acaban por propiciar una serie de enfermedades. Síntomas inespecíficos (insomnio, cefalea, cansancio, hormigueos, manchas en la cara y el cuerpo, etc.), pueden ser manifestaciones de intoxicación reciente o acumulada.

Existen dos tipos de Toxinas, las de origen endógeno y las de orígen exógeno. Las toxinas endógenas son sustancias elaboradas en nuestro organismo. Pueden estar relacionadas con algunas enfermedades infecciosas como la fiebre tifoidea, hepatitis, etc. y, por enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus, la uremia u otras. También la adrenalina y noradrenalina liberadas en cantidades exageradas por la médula de la glándula suprarrenal como producto del stress y estados de ansiedad, constituyen endotoxinas que a la larga afectan la salud de la persona. Por su parte diremos que las toxinas exógenas son las de origen externo. Ingresan y se incorporan al organismo a través de la respiración (gases de las fábricas y vehículos, humo de las chimeneas, de los cigarrillos, etc.), mediante la piel y mucosas (pinturas, insecticidas, etc.) y, por vía digestiva (alcohol, colorantes artificiales, carnes rojas en exceso, preservantes, fármacos, entre otros.

También llamamos  toxinas a determinadas ideas, emociones, o conflictos internos que no han sido resueltos de manera equilibrada, la rabia no expresada se puede convertir en tóxica para el hígado, una tristeza no llorada puede instalarse en nuestros pulmones, y la memoria corporal las retiene en alguna zona de nuestro cuerpo hasta que estemos disponibles para ocuparnos de ellas.

Hay que tener en cuenta que funcionamos como un todo, que llamamos organismo a la interrelación entre lo físico, lo emocional, lo corporal y lo espiritual.

Por medio de este proceso constructivo encaminado hacia la salud, los tejidos viejos y enfermos son reemplazados por tejidos nuevos y sanos.  Mientras que la crisis de la propia enfermedad, por el contrario, es desfavorable aunque también sea natural, y todos los órganos del cuerpo se revelan contra ella en vez de colaborar; en el caso de la crisis curativa todo colabora para el beneficio del organismo.  Cualquier evento que ocurra en el organismo, sea favorable o desfavorable, está controlado por leyes naturales.


 







La experiencia de pasar por una crisis curativa se parece mucho a los estados críticos de la enfermedad, puesto que se volverán a experimentar los síntomas del mal que aquejan al paciente, pero hay una diferencia muy importante:  la eliminación. En la crisis curativa la eliminación es perfecta.  la defecación es natural.  todos los órganos de eliminación están cumpliendo con su función en forma normal.  En los estados críticos de la enfermedad, en cambio, los procesos de eliminación cesan o son insatisfactorios, lo que complica aún más el estado patológico del paciente.  

En la crisis curativa los procesos de eliminación se aceleran debido a la abundancia de energía vital recuperada.  Todas las secreciones y otras formas de desechos acumulados  en el organismo se disuelven y fluyen libremente, así se establece un proceso de limpieza general y purificación.

Para llegar a la Salud necesitamos atravesar sucesivas crisis curativas de de acuerdo con los Principios fundamentales de la Ley de Hering:

“La mejora y la curación se producen desde el interior del organismo hacia fuera”

Esto significa que para llegar a la salud las toxinas que hemos ido acumulando en nuestro interior (órganos internos) tienen que salir hacia el exterior; de modo que son nuestros órganos internos los primeros en curarse. Cuando la enfermedad sale por la piel u órganos externos es señal de que estamos llegando definitivamente a la salud. Para que esto se cumpla es necesario pasar por diferentes crisis curativas en esos órganos internos y saber interpretarlos para no sofocar los síntomas con medicina química.

En la Iridología se observa el cumplimiento de este principio de la Ley de Hering porque veremos como el iris empieza a aclararse en forma de círculo desde el centro hacia el exterior. Esto puede llevar meses.

“Los síntomas desaparecen desde arriba hacia abajo”

Si deseamos llegar a la salud, lo primero que debemos curar es nuestro cerebro. Nuestra forma de pensar, de sentir, nuestras emociones deben dar la fuerza motora, a todo el proceso de curación ya que en el sistema nervioso se acumula la energía vital imprescindible para el proceso de la curación. Una mente negativa, con pensamientos destructivos, violentos jamás podrá dirigir el proceso de reversión hacia la salud. Esta vuelta a la salud se conseguirá dependiendo de la vitalidad, genética y capacidad individual.

“Las molestias van desde un órgano importante a otro menos importante”

Puesto que el organismo siempre buscará lo mejor para su supervivencia, es fundamental que los primeros órganos en depurarse sean los más importantes, de modo que se deja para siguientes crisis curativas los órganos menos importantes. 

“Los síntomas desaparecen en el orden inverso a su aparición"

Este principio tal vez sea el más maravilloso de ver en la práctica clínica. Cuando analizamos los procesos patológicos por los que hemos ido pasando a través de los años observamos que vamos pasando de enfermedades agudas a enfermedades de deposición y después llegamos a las enfermedades crónicas o degenerativas. 

Pues bien a medida que el proceso curativo se inicia empezaremos a experimentar DE NUEVO, por medio de crisis curativas, OJO:  no crisis de enfermedad!, los mismos síntomas o enfermedades que desarrollamos anteriormente pero en orden inverso. Las enfermedades más recientes (y más crónicas) resurgirán primero, y poco a poco con nuevas crisis curativas llegaremos hasta las enfermedades agudas que tuvimos muchos años atrás.

Si la enfermedad se fue desarrollando a través de muchos años y hemos llegado a una fase degenerativa es muy difícil que incluso con medicina biológica natural podamos llegar al final de la curación. Puede que nuestro organismo no tenga la suficiente vitalidad como para completar el proceso curativo. En ese caso tendremos que aprender a seguir viviendo con crisis de compensación y de curación.

Entender la ley de Hering y el proceso curativo que se desarrolla es fundamental si deseamos alcanzar la verdadera salud.

La fuerza  de la crisis curativa:

La crisis curativa suele ser provocada por un tratamiento o terapia realizada con la intención de curar algún malestar o enfermedad.

La fuerza de la crisis curativa depende de la potencia del tratamiento y del estado de desequilibrio de la persona. A más desequilibrio o toxicidad mayor será la crisis y más duradera la curación.

¿Se puede provocar a propósito?

Si, cualquier acción terapéutica que busque el re-equilibrio natural puede provocar una crisis curativa.  Lo que muchas veces no podemos es "controlar" la crisis, es decir prevenir cual va a ser la reacción del cuerpo.

Pero si podemos disponernos a ella, con la intención y el remedio, y dejar que el cuerpo siga su proceso  curativo sin interferir, sin enmascarar, sin anestesiar las reacciones o los síntomas.

El tratamiento mediante el  ayuno, es un buen ejemplo, ya que habrá dolores de cabeza, o diarreas, o sueño, y otros signos de que el cuerpo está haciendo una depuración.

Ventajas de la crisis curativa:

Las terapias que producen una crisis curativa (homeopatía, acupuntura y MTCh.,  naturismo, terapias manuales, pares bio-magnéticos, limpiezas energéticas, constelaciones familiares, psicoterapias profundas, meditaciones sanadoras, reflexoterapia, etc.) tienen en cuenta el funcionamiento global del organismo, son tratamientos no agresivos. Curan órganos que todavía no habían presentado ningún síntoma pero estaban funcionando desequilibradamente (es decir: actúa preventivamente)

Todo son ventajas, a largo plazo:
Purifica el organismo.
La crisis curativa garantiza una curación más duradera.
Satisface las necesidades postergadas.
Aumenta la conciencia sobre el propio proceso.
Ayuda a aprender sobre las necesidades personales.

¿Diferencia entre crisis curativa y empeoramiento?

La crisis curativa  suele ser de corta duración y aguda, y los síntomas están relacionados con la acción del órgano implicado.

El empeoramiento suele ser gradual, de larga duración e involucrar progresivamente diferentes órganos.

En la crisis curativa los procesos de eliminación se aceleran debido a la abundancia de energía vital recuperada. Todas las secreciones y otras formas de desechos acumulados en el organismo se disuelven y fluyen libremente, y así se establece un proceso de limpieza general y purificación.

La crisis hace revivir al paciente las enfermedades o males que ha ido viviendo a lo largo de su vida. Aunque el paciente no recuerde las que ha pasado, el organismo no olvida y recorre en sentido inverso los males acumulados.

Importante:  NO DEBE ALARMARSE NI SUSPENDER EL TRATAMIENTO.

Comprender esto, representa el cincuenta por ciento de la solución de nuestros actuales problemas de salud. Y ese es el objetivo de esta publicación: que el lector entienda cómo él mismo ha generado tal situación de desequilibrio y -por sobre todo- cómo él mismo puede remediar tal problema en la medida que retorne a los hábitos saludables que nunca debió abandonar.

En esto no hay misterios, ni tampoco soluciones mágicas. Los errores se generan principalmente por ignorancia. En la medida que sepamos como opera la inmensa inteligencia corporal y comprendamos sus mecanismos, veremos que es muy sencillo jugar a favor (y no en contra) de nuestra propia naturaleza humana. También entenderemos que no habrá medicamento alguno que pueda remediar nuestros problemas, mientras no dejemos de boicotear nuestro organismo con hábitos que van en contra de las leyes naturales.

Durante la crisis curativa se liberan tanto el cuerpo como la mente y el espíritu y aunque algunas veces el dolor y los síntomas se agudizan durante la crisis curativa, esto es pasajero y necesario. 

La crisis curativa suele traer nuevamente a un primer plano situaciones personales del pasado y como por lo general ya hemos olvidado las enfermedades y los problemas personales que se han tenido en el pasado, creemos que lo que nos sucede durante la crisis curativa es negativo, pero sólo es la manera de que el cuerpo se vale para desechar y manejar los problemas pasados. 

Las reacciones físicas que se experimentan durante una crisis curativa pueden incluir erupciones en la piel, náuseas, dolor de cabeza, somnolencia, fatiga inusual, estreñimiento, diarrea, resfriados, infecciones del oído, abscesos o furúnculos o cualquier otro medio de los que el cuerpo se vale para liberar y eliminar las toxinas. Una crisis de curación normalmente dura alrededor de tres días, pero si la energía o vitalidad del paciente es baja, puede durar una semana o más.   La Intensidad de los síntomas depende de cada organismo así como del grado de intoxicación y deterioro que se tenga “ es así como la naturaleza hace limpieza de casa”.

En este momento el cuerpo necesita jugos (zumos) y en especial agua para ayudar a desalojar las toxinas. En este momento será necesario el descanso. Será un buen momento para consentirse y mimarse tanto mental, emocional y físicamente por supuesto. 

Cuando las enfermedades son crónicas o viejas, una sola crisis no siempre es suficiente para la curación completa y será necesario pasar varias crisis curativas periódicas pero con cada crisis la mejoría es notable. De la misma manera en que tomó años fincar una enfermedad, de la misma forma llevará tiempo recuperar la salud completa. El proceso es gradual, pero sin duda alguna si se le ayuda al cuerpo, se recuperará la salud y la energía.

En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.

Siga adelante y no desista. Estas son las reglas de oro para recuperar y mantener la salud:
  1. Deje de poner venenos en su cuerpo.
  2. Se requiere de 5 a 7 veces la cantidad normal de nutrientes para construir y repara que lo que se necesita para mantener.
  3. Nada se cura en el cuerpo humano en menos de 12 a 16 semanas, mas un mes por cada año sufrir el padecimiento.
  4. Sea  moderado en todas las cosas.
  5. Haga las paces con la naturaleza.
  6. Viva mas ceca de Dios.
  7. Debe asumir la responsabilidad por si mismo y por su salud.
  8. Coma tanta comida vegetal como le sea posible, los más frescos, integral, natural y crudo que sea posible.
  9. Haga ejercicio en forma regular por el resto de su vida.
  10. Practique y aprenda a comprender completamente la ley de curación de HERING, que dice: “Toda curación se inicia de adentro hacia afuera, de la cabeza hacia abajo y en sentido inverso según haya aparecido los síntomas.


Referencias:
http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=2697
http://saludbio.com/articulo/le-ley-de-hering-y-las-crisis-curativas
http://dxnguatemala.es.tl/Crisis-Curativa.htm
http://www.cisteinabioactiva.com/immunocal-detalles/que-son-las-crisis-curativas/